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SANTIAGO DE COMPOSTELA, Galicia, Catedral. Sepulcro de
doña Berenguela.
Berenguela (1116-1149) fue hija de Ramón Berenguer III,
conde de Barcelona. Estuvo éste casado con María
Rodríguez, hija del Cid Campeador y, a la muerte de
ésta, contrajo nuevas nupcias con Dulce de Provenza. De
este segundo matrimonio nació Berenguela, quien, a su
vez, casó con Alfonso VII de León, alcanzando así el
título de reina. Fue madre de Fernando II de León y del
rey de Castilla Sancho III.
Alfonso VII, natural de Caldas de Reyes (Caldas de Reis
en gallego) , actual provincia de Pontevedra, expresó su
deseo de ser enterrado en Santiago: "prometió delante
del arzobispo y de todo el cabildo que, en cualquier
lugar que muriese, haría que fuese llevado su cuerpo a
la iglesia de Santiago para ser enterrado" (H.C. II,
87,4). Sin embargo, lo fue en la catedral de Toledo. No
así el cadáver de la reina Berenguela, gran devota de
Santiago y fallecida en febrero de 1149, con 33 años de
edad, que sí fue llevado a Galicia y enterrado en la
capilla de las reliquias de la catedral.
Alfonso VII fue coronado como "Imperator totius
Hispaniae", en la catedral de León, recibiendo el
homenaje entre otros de Ramón Berenguer IV, lo que
convirtió a Berenguela en emperatriz. Su figura,
especialmente su cara, expresa una gran belleza,
elegancia y serenidad. Al parecer, el elogioso dicho de
"estar como una berenguela", está inspirado en ella, lo
cual no tendría nada de extraño, me parece. Descansa en
paz entre nosotros, bella emperatriz. |
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Hildegard von Bingen:
a
mediados de la Edad Media, la reclusión de la mujer en
el ámbito doméstico no podía estar más arraigada.
Aprovechándose del menor control eclesiástico en Europa
Central, Hildegard von Bingen dio un giro inédito a su
carrera como monja benedictina. Convertida en abadesa de
su monasterio, utilizó su prestigio para dar rienda
suelta a su creatividad musical. Su aportación a la
música sacra medieval es notable.
Considerada por los especialistas actuales como una de
las personalidades más fascinantes y polifacéticas del
Occidente europeo, se la definió entre las mujeres más
influyentes de la Baja Edad Media, entre las figuras más
ilustres del monacato femenino. Comprometida también en
la reforma de la Iglesia y una de las escritoras de
mayor producción de su tiempo. |
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